Varias zonas de China se están enfrentando de nuevo a brotes de peste porcina africana, una enfermedad que puede alcanzar hasta un 100% de tasa de mortalidad entre los cerdos y que entre mediados de 2018 y 2019 acabó con la vida de decenas de millones de estos animales en el país.
Según el portal de noticias local Sohu, 18 de las 31 regiones del país ya han experimentado nuevos casos de esta enfermedad, con especial incidencia en Liaoning (noreste), Shandong (este), Hebei (norte) y Shanxi (norte).
Según la Organización Mundial de Sanidad Animal (WOAH), todavía no existe una vacuna efectiva contra el virus, y el citado medio apunta que la que está siendo desarrollada en China no estaría lista hasta, como mínimo, octubre de este año.
La peste porcina africana es una enfermedad hemorrágica altamente contagiosa que puede causar la muerte a cerdos y jabalíes entre dos y diez días después de que la contraigan.
Aunque los datos oficiales sobre la enfermedad son escasos en China, cálculos efectuados por EFE en base a datos gubernamentales mostraron que, entre finales de 2017 y 2019 -los primeros casos de la epidemia se detectaron en agosto de 2018- la población de chanchos en el país asiático había caído en más de 130 millones de animales.
Analistas citados por ese medio prevén que el actual brote podría hacer que gigante asiático perdiera entre un 8 y un 15 por ciento de la producción de cerdo, del que es el primer productor y consumidor mundial, ya que su carne es una de las principales fuentes de alimentación de la población nacional.
Esto podría hacer que los precios de esta carne subieran a partir del segundo trimestre, elevando los temores a que se repita una situación como la vivida durante el último brote, que hizo que en 2019 su coste para los consumidores se disparase un 42,5% interanual.