LeBron James quiere la primera Copa de la NBA. Esa fue la conclusión principal de la victoria por 106-103 de Los Angeles Lakers este martes ante los Phoenix Suns de Kevin Durant, lo que llevará a los angelinos a Las Vegas para disputar las semifinales del NBA In-Season Tournament contra los New Orleans Pelicans.
Al máximo anotador de la historia de la NBA, le quedan ya pocos retos por delante, pero ganar la primera Copa de la NBA parece ya una misión capital para LeBron.
Haciendo gala de una ambición sin límites, James firmó 31 puntos, 8 rebotes, 11 asistencias y 5 robos y destacó especialmente con 15 puntos en el último cuarto en un final muy apretado.
LeBron fue también protagonista de una acción muy polémica en el desenlace. Con 11.2 segundos para el final y +2 para los Lakers, Austin Reaves recibió el saque, pero sufrió un dos más uno, por lo que el balón quedó dividido.
Sin embargo, LeBron pidió tiempo muerto y, pese a que los Lakers no tenían posesión, los árbitros lo concedieron.
Al margen de controversias, este duelo por todo lo alto también tuvo a un gran Reaves con 20 puntos, incluyendo el triple definitivo a falta de 15 segundos; y a un Anthony Davis que seguramente es la estrella más intermitente de la liga: consiguió 27 puntos y 15 rebotes, pero en la segunda mitad solo metió 7 puntos.
Durant (31 puntos y 7 rebotes) y Devin Booker (21 puntos, 11 rebotes y 6 asistencias) vendieron muy cara la derrota de los Suns, que también contaron con un sólido Grayson Allen (21 puntos) pero que se estrellaron con 22 pérdidas de balón.
Los Lakers mandan
El arranque trajo muy buenas noticias para los Lakers, firmes en defensa frente a unos Suns temblorosos, con 10 pérdidas de balón solo en el primer cuarto.
Además, Jusuf Nurkic sumó dos faltas tras solo cinco minutos en pista, por lo que Davis hizo de la zona su reino particular con 14 puntos sin encontrar nada de oposición (33-23).
Más intensos y concentrados y, sobre todo, mucho más físicos que los Suns, los Lakers metieron una marcha más hasta alcanzar un +15 en el ecuador del segundo periodo.
Entonces llegaron los mejores momentos de Phoenix, que no por casualidad coincidieron con los minutos de descanso de LeBron y Davis.
Así, los visitantes dieron forma a un parcial de 1-12 con Durant entonándose en ataque y Booker recurriendo a la garra, incluso tirándose al suelo de cabeza para asegurar un rebote (45-41 con 4.54 para el descanso).
En cambio, los Lakers se atascaron con diez tiros seguidos fallados y la sensación de haber perdido el norte, pero al rescate acudió, una vez más, LeBron.
Los Lakers son el día y la noche con o sin «King James» en la pista y LeBron recordó a sus compañeros el camino: intensidad defensiva, transiciones rápidas, energía en cada jugada y control del rebote.
A esa misión se unió encantado Davis, que volvió a plantar su bandera en la pintura ante un totalmente superado Nurkic que llegó con tres faltas al intermedio.
Así, los de púrpura y oro cerraron la mitad con un parcial de 14-6 para el 59-47 y con varias estadísticas muy prometedoras en rebotes ofensivos (12), puntos en la pintura (36 por 22 de los Suns) o pérdidas de balón (solo 4 frente a 14 de Phoenix).
Aunque el mejor resumen fue la anotación de las estrellas de ambos lados: Davis y LeBron se dieron la mano para 34 puntos entre ambos, mientras que entre Booker y Durant se quedaron justo en la mitad, 17.
Los Suns reaccionan
Parecía que los Suns estaban a punto de desconectarse del partido, pero en la reanudación salieron a comerse la pista.
Con un asombroso parcial de 0-14, los de Frank Vogel le dieron la vuelta al marcador ante unos Lakers aturdidos y sin respuestas.
Todo le salía bien a Phoenix. Allen se lució desde el perímetro con tres triples, la defensa tapó sus números agujeros y Nurkic por fin pudo aportar en el interior.
Pero sobre todo el que dio un paso al frente fue Durant, absolutamente arrebatador, con una clavada impactante y con varios triples de auténtica estrella que fueron fundamentales para el 24-35 de los Suns en ese periodo.
Los Lakers, por el contrario, eran un manojo de nervios y acumulaban jugadas precipitadas y desacertadas sin fin. Además, LeBron y Davis desaparecieron de forma llamativa con solo 6 puntos entre ambos.
El hundimiento local habría sido completo si no hubiera aparecido Reaves, un salvavidas para los de Darvin Ham con 13 puntos en ese tercer cuarto en el que todo lo demás fue un desastre para los Lakers (83-82).
En el último cuarto, Booker y Durant sumaron su quinta falta cada uno, mientras LeBron, absolutamente imparable, decidía tomar las riendas del encuentro.
Dos canastas seguidas de LeBron dejaron el 102-97 a falta de 2.20 y además los Suns se comieron la siguiente posesión.
Sin embargo, una canasta de Durant y otra de Booker situaron el partido en un pañuelo.
Pero llegó el momento de Reaves, con un triplazo para el +4 a falta de solo 15 segundos. Tras una canasta de Durant llegó la gran polémica con el tiempo muerto de LeBron y, después de un tiro libre de Davis, Durant tuvo un lejano triple para forzar la prórroga pero falló