Las tormentas de arena que azotan desde hace tres días el norte de China han afectado hasta ahora a 409 millones de personas y se han extendido a lo largo de 2,29 millones de kilómetros cuadrados, según datos de la Administración Forestal del país asiático.
El Centro Meteorológico Nacional renovó el martes la alerta azul por tormentas de arena, pidió a la población que reduzca todo lo posible las actividades en el exterior y advirtió de que el polvo y arena en suspensión afectarán también hoy, miércoles, a la mayor parte del territorio chino por encima de la cuenca del río Yangtsé.
Entre las áreas afectadas se encuentra Pekín, donde el índice de calidad del aire rozaba a primera hora de esta mañana los 350 puntos, un nivel considerado peligroso, aunque por debajo de los más de mil puntos que llegó a alcanzar el pasado lunes.
El halo entre amarillento y anaranjado que cubrió numerosas ciudades en los últimos dos días fue uno de los temas más comentados en las redes sociales chinas, donde millones de internautas usaron la etiqueta «tormenta de arena» para quejarse por la situación, mientras otros bromeaban diciendo que cuando llegaron al trabajo parecían «guerreros de terracota».
Los efectos de la tormenta, según las autoridades meteorológicas, llegaron incluso a la megalópolis oriental de Shanghái, donde normalmente los niveles de contaminación son muy inferiores a los de las grandes ciudades del norte y centro del país.