El elefante Plai Biang Lek sorprendió a los habitantes de la provincia de Nakhon Ratchasima, en el noreste de Tailandia, al irrumpir hambriento este lunes en un local de comida y servirse él mismo una variedad de snacks.
El animal, de unos 30 años y habitante de la zona, se acercó al establecimiento cerca del Parque Nacional Khao Yai y, tras una breve pausa en la puerta, entró en busca de comida, según relató la propietaria del local, Khamploi Kakaew.
“El negocio iba un poco lento ese día. Alrededor de las 14:00 horas, el elefante se acercó. Salí e intenté ahuyentarlo. Le dije que no se acercara”, dijo la mujer.
El incidente quedó registrado en varios videos que no tardaron en circular en redes sociales y volverse virales.
En las imágenes se observa cómo el animal se detiene frente al mostrador, selecciona dulces y snacks con la trompa, y mastica tranquilamente, sin inmutarse ante los intentos de los trabajadores del parque nacional por ahuyentarlo.
La tienda, ubicada junto a una carretera próxima al Parque Nacional Khao Yai, suele recibir la visita de elefantes salvajes, aunque nunca antes había ocurrido que uno entrara en un local.
“Normalmente lo vemos pasar y lo observamos desde adentro, nunca ninguno había ingresado en la tienda ni había hecho daño a nadie”, explicó la dueña al medio estadounidense, destacando que, en esta ocasión, sin embargo, el animal permaneció dentro del establecimiento durante unos diez minutos.
“Se acercó al mostrador, el de dulces, cerca del congelador. Empujó con cuidado el congelador con su trompa para que cupiera dentro. (Luego) fue directo a los bocadillos y los rebuscó con la trompa. Se comió unas diez bolsas de dulces, que costaban 35 baht (1 dólar) cada una. También comió plátanos secos y bocadillos de maní”, precisó y recordó que le dijo “‘vete, anda’, pero no me hizo caso. Fue como si hubiera venido a propósito”.
Mientras todo ello ocurría, otro elefante lo esperaba fuera del local, aunque sin acercarse a los transeúntes.
Los comerciantes llamaron a los guardabosques del parque quienes, después de muchos intentos por ahuyentarlos, finalmente lograron alejar a los elefantes, quedando únicamente marcas de barro en el suelo y el techo, pero sin causar daños significativos ni herir a nadie.
Danai Sookkanthachat, voluntario del parque nacional, explicó que Plai Biang Lek es conocido por buscar comida en casas cercanas, aunque esta fue la primera vez que se lo vio entrar en una tienda de comestibles.
De hecho, “cuando salió del local, fue a abrir la ventana de un dormitorio en otra casa”, relató Danai.
Los elefantes salvajes de la zona han abandonado el bosque, en los últimos años, para buscar comida en cocinas de viviendas, pero este año han comenzado a explorar lugares más inusuales.
Según el Departamento de Parques Nacionales, Vida Silvestre y Conservación de Plantas de Tailandia, el país cuenta con unos 4.000 elefantes salvajes pero el avance de la agricultura en los bosques ha reducido su hábitat, obligándolos a buscar alimento fuera de su entorno natural. Esta situación ha provocado enfrentamientos entre humanos y elefantes, algunos de los cuales han tenido consecuencias mortales.
“A medida que los agricultores se han adentrado en los bosques para cultivar, los elefantes se han visto obligados a salir de sus hábitats cada vez más reducidos para buscar comida, lo que lleva a enfrentamientos que pueden resultar letales”, aseguraron los expertos.