La Justicia de Minesota (EE.UU.) condenó a 33 años de cárcel a un hombre juzgado por el asesinato de su esposa, a la que mató a cuchilladas durante una reunión de estudio de la Biblia, recoge AP.
Robert Castillo, de 40 años, fue sentenciado por el homicidio en segundo grado de Corinna Woodhull cometido el 21 de marzo de 2023 en la casa de la hermana del agresor, quien había organizado el encuentro. Esa noche, mientras la pareja estaba sentada en un sofá, el hombre tomó la mano de su esposa y la besó, luego le susurró algo, ante lo que ella movió la cabeza para decir que no. Fue entonces que Castillo tomó un cuchillo de caza y la apuñaló varias veces.
Los demás asistentes lo sujetaron y uno de ellos incluso dijo a la policía que creían que Castillo hubiese atacado a otras personas si no lo detenían. Aunque Woodhull fue llevada a un hospital, los médicos solo pudieron confirmar su muerte.
Durante el juicio, Mark Austin, abogado de Castillo, comentó que el último recuerdo del acusado sobre esa jornada fue que había consumido drogas con un amigo y desconocía lo que ocurrió después. Por eso, pidió una condena de 25 años de cárcel, ya que el hombre estaba arrepentido.
Sin embargo, Castillo asumió su implicación en el crimen. «Asumo la total responsabilidad por mis acciones, aunque no recuerde nada de lo que haya pasado ese día debido a mi psicosis inducida por las drogas», expresó.
La pareja estuvo casada durante dos años y tenía cinco hijos, de entre 11 y 24 años. La madre de la mujer, Linda Castle, reveló que había encontrado papeles de divorcio en el auto de su hija tras su deceso, asegurando que «ella sabía que era hora de alejarse y por eso está muerta».
El fiscal Dan Rait reveló que el condenado ya tenía ocho sentencias previas por delitos graves, entre ellas una en 2014 por golpear a una mujer con un martillo. Además, cuando asesinó a su esposa se encontraba bajo el régimen de libertad supervisada y tenía una orden de arresto por no presentarse a una audiencia judicial tras una acusación por agresión a dos oficiales correccionales en la prisión estatal de Stillwater en 2020.