El primero de los tres clásicos que el Real Madrid y Barcelona protagonizarán en un mes comenzará este jueves en la Copa del Rey.
Será en el marco de las semifinales de dicho torneo y contará con aroma de revancha para el madridismo. La Casa Blanca buscará venganza de la derrota sufrida en la final de la Supercopa de España de enero; además de instalar la duda en el equipo de Xavi Hernández, quienes llevan dos derrotas consecutivas.
El gran duelo del fútbol español estará marcado por las importantes bajas en el conjunto culé. Quienes no podrán contar con Pedri, Ousmane Dembélé y Robert Lewandowski.
Al Real Madrid le faltó «compromiso» y «contundencia» en la Supercopa, tal como lo reconoció el propio Carlo Ancelotti. Les faltó hambre de éxito a los merengues, pero le sobró al Barcelona para conseguir el primer título de la ‘era Xavi’.
Errores que no puede permitirse un cuadro madridista que le da valor a la Copa del Rey según va acercándose a la final. Las remontadas en duelos de alta exigencia, ante el Villarreal y el Atlético de Madrid en las rondas previas, así lo atestiguan.
Encara el clásico con la oportunidad de asestar un golpe que haga mella en su eterno enemigo. Sintiendo su primer momento de duda con su segunda eliminación europea del curso y el inesperado batazaco de Almería en la Liga.
La dificultad de remontar esos siete puntos y la complejidad de jugarse todo en la Champions, aumentan la importancia de la Copa en la casa blanca.
Los ochos partidos de febrero pasaron factura en el derbi. El Real Madrid se vio apagado física y mentalmente. Pese a ello, lograron salvar un empate ante el Atlético de Madrid para mantenerse invictos en el Santiago Bernabéu.
Ahora, contaron con cinco días para recuperar las fuerzas y, además, también tendrán a Rodrygo Goes, que tanto añoró en un ataque sin ideas.
Dicho jugador es la novedad en la convocatoria de Ancelotti, pero no apuntaría para ser parte del equipo titular en un principio.
Es por ello que la responsabilidad ofensiva recaerá en Vinicius Jr. y Karim Benzema, cuya versión más letal todavía no aparece en la temporada.
Con las bajas de Ferland Mendy y David Alaba para el lateral izquierdo, Nacho se alza como la principal opción para la posición. La única duda por despejar para Ancelotti reside en el centro del campo; donde todo hace indicar que regresará la experiencia conjunta de Toni Kroos y Luka Modric.
Entre Aurélien Tchouaméni y Eduardo Camavinga saldría el mediocentro defensivo restante; si es que el técnico italiano no decide apostar por ambos para aumentar el físico del sector tras perder la batalla de la medular en el último choque.
El Barcelona, por su parte, es un mar repleto de dudas. Incógnitas generadas por la derrota en Almería (1-0), que los hará afrontar el primero de los tres clásicos conscientes de que se juegan algo más que una eliminatoria.
Está en juego el componente anímico, la posibilidad de volver a creer en sí mismo y considerar que lo ocurrido en Almería fue un accidente.
Este jueves medirá a sus miedos para convencerse de que los siete puntos que le lleva en el campeonato doméstico al Real Madrid son suficientes; aunque el partido de hoy sea la ida de un enfrentamiento copero.
Pero es que resulta imposible no relacionar esta eliminatoria con LaLiga porque en función del resultado, el equipo merengue puede volver a creer en si mismo en el campeonato doméstico; además de propinarles un golpe anímico a los azulgrana, que últimamente no gozan de mucha confianza.
Será el primero de los tres clásicos y una ida de semifinales de la Copa del Rey. El segundo y el tercer asalto se jugarán en el Camp Nou entre el 19 de marzo, el enfrentamiento liguero; y el 5 de abril, la vuelta de las semifinales de Copa.
Xavi Hernández volverá a plantear un 4-4-2 en fase defensiva con Gavi por la izquierda y Frank Kessié como acompañante de Frenkie de Jong. Sergio Busquets volverá a ser el mediocentro director.
En ataque, con solo dos plazas disponibles, todo apunta a Rafinha y a Ferran Torres; dos jugadores muy irregulares, que son capaces de lo mejor, pero también de firmar actuaciones mediocres. Ansu Fati quedaría en la recámara.
La única duda en defensa estriba en el lateral izquierdo. Si Xavi quiere darle a su equipo un aire más defensivo, seguramente contará con Jordi Alba; pero, si por el contrario necesita más proyección en ataque, será Alejandro Balde el elegido.