Nueve años después de su última participación, el Milan volverá a escuchar el himno de la Champions en unos octavos de final, a los que llega sumido en crisis de juego y mermado por algunas bajas igual que su rival, el Tottenham, sin Hugo Lloris ni Rodrigo Bentancur, dos titulares indiscutibles.
La victoria de la pasada jornada sobre el Torino ha dado un pequeño respiro al conjunto que dirige el italiano Stefano Pioli, que acumulaba siete partidos seguidos sin ganar y que llega al choque eliminado de Copa Italia, sin opciones de levantar el ‘Scudetto’ y goleado en la final de la Supercopa por el Inter.
Sin Mike Maignan bajo palos, sin Ismael Bennacer y Fikayo Tomori, todos lesionados, el Milan tratará de mantenerse en la senda de la victoria refugiándose en el factor estadio, un Giuseppe Meazza que estará volcado para ver a su equipo tras once años sin lograr el pase a cuartos.
Rafael Leao se erige como el jugador clave de los ‘Rossoneri’, aunque tampoco pase por su mejor momento, junto al francés Olivier Giroud, que a lo largo de su carrera ha anotado cuatro goles al conjunto inglés y que sumará su décimo noveno enfrentamiento ante los ‘Spurs’, más que contra cualquier otro equipo.
Se espera que Stefano Pioli mantenga su decisión de cambiar a defensa de tres centrales, presidida por Simon Kjaer y Theo Hernández libre por el carril izquierdo; con Sandro Tonali al mando en el centro del campo y con Brahim Díaz completando el tridente ofensivo junto a Leao y Giroud.
El meta galo sufrió una lesión de rodilla y estará entre seis y ocho semanas de baja, mientras que el uruguayo se rompió este fin de semana el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda y se perderá lo que resta de temporada. Esto obliga a Conte a apostar por Fraser Forster, su portero suplente que este sábado encajó cuatro goles contra el Leicester City.
Esta es la tónica de un Tottenham que no ha encontrado una regularidad cómoda con el entrenador italiano y que, después de desarmar al Manchester City hace una semana, se descompuso contra los ‘Foxes’ en horas bajas.
Con Harry Kane en forma, ya convertido en el máximo goleador de la historia del club y con 19 goles esta campaña, el Tottenham dispone de una amenaza que ya querrían tener muchos equipos en esta competición. Eso sí, el inglés solo ha anotado una diana en esta edición y se le pedirá mucho más ahora que arrancan las eliminatorias, sobre todo porque está en juego una jugosa renovación de contrato (Kane solo cobra 10 millones en el Tottenham) o un futuro traspaso para ganar algún título.
Su ejemplo más sencillo de seguir está en el Mundial, cuando no marcó ni un gol en fase de grupos y más tarde anotó en octavos de final y en cuartos.
Para no quedar en blanco una temporada más (no ganan un título desde 2008), el Tottenham lo fía todo a la «Champions» o a la FA Cup. Los trofeos aún quedan lejos, pero está claro que de querer tocar metal, los Spurs tendrán que ser fuertes en los torneos del ko.
El Tottenham llega a la vuelta de la Liga de Campeones después de perder a dos jugadores clave. Su técnico, Antonio Conte, que acaba de recuperarse de una extirpación de la vesícula biliar, no podrá contar, ni para la ida ni para la vuelta, con Hugo Lloris y con Rodrigo Bentancur, dos titulares indiscutibles del equipo inglés.