Semifinalista en diez de las doce últimas ediciones de la Liga de Campeones, el Real Madrid encara en Stamford Bridge la defensa de dos goles de ventaja obtenidos en el estadio Santiago Bernabéu, en uno de los mejores momentos de su temporada, exhibiendo físico y poderío ante un Chelsea que busca el milagro que dé un giro a su pésima campaña.
Con ese convencimiento y esa fe ciega en sus posibilidades, acude el club español a la casa del conjunto inglés. Con Vinícius, recuperado de una leve sobrecarga que le hizo descansar en Cádiz, como factor diferencial. Con Karim Benzema como gran referente, con un liderazgo goleador indiscutible en los partidos decisivos.
Autor de catorce tantos en los últimos ocho partidos de eliminatorias de la Liga de Campeones. Clave en la conquista de la pasada edición en las remontadas a PSG, Chelsea y Manchester City, repite de nuevo tras una discreta fase de grupos, marcando al Liverpool en octavos y al Chelsea en el primer capítulo de cuartos.
Con la única ausencia de Ferland Mendy por lesión, la decisión a tomar por Carlo Ancelotti condiciona todas las líneas. La más ofensiva, con Rodrygo Goes en un tridente que goleó en Anfield y el Camp Nou en Copa, que dio ventaja en la ida; o la conservadora, para aumentar el músculo con la presencia de Fede Valverde entre los tres de arriba y su mayor ayuda defensiva. Los dos tantos de ventaja invitan a pensar en la última opción. Provocaría el paso de Camavinga del lateral al pivote y la entrada de Nacho Fernández para completar la zaga.
Milagro es la mejor palabra para definir lo que tiene ante sí el Chelsea este martes. Las tres derrotas en tres partidos -Wolves, Real Madrid y Brighton- han deslucido totalmente la llegada de Frank Lampard al banquillo de Stamford Bridge y caldeado los ánimos de una afición que sabe que este martes se juega la poca vida que les queda esta temporada.
Contra el Brighton por fin se rompió la racha de cuatro partidos sin marcar -la peor desde 1993-, pero se volvió a caer con estrépito, rozando el ridículo, ante un rival que fue mucho mejor y que despertó abucheos en la grada.
Esto, unido a las pretenciosas declaraciones de Boehly en la ida: «Ganaremos 3-0», molesta a una masa que prefería cuando Roman Abramovich solo ponía el dinero, sin inmiscuirse.
En lo deportivo, el Chelsea puede agarrarse a unos buenos minutos de Mykhailo Mudryk, que podría desplazar del once a Raheem Sterling, invisible en los últimos partidos. Kai Havertz, que no estuvo convocado contra el Brighton, y Joao Félix serán titulares en el cambio de esquema de Lampard, que pasará del 3-5-2 del Bernabéu a un 4-3-3 más de su gusto.
Con Kalidou Koulibaly lesionado, Thiago Silva, que también descansó contra el Brighton, retomará su puesto en el centro de la defensa junto a Wesley Fofana. Marc Cucurella sustituirá al sancionado Ben Chilwell y Reece James estará en la derecha. El doble pivote lo formarán Mateo Kovacic y Enzo Fernández y Lampard aquí tiene dos opciones; jugar con N’Golo Kanté o dar la titularidad a Mason Mount, vertiente más ofensiva.
Será la tercera vez que el Chelsea trate de remontar una desventaja de dos goles en casa; falló en 2004 contra el Mónaco y lo consiguió en 2012 contra el Nápoles y en 2014 contra el París Saint Germain.
Al Real Madrid no le remontan una ventaja de dos tantos lograda en su estadio desde que en 2004 lo hiciera el Mónaco con Fernando Morientes como goleador. Encaró 61 eliminatorias europeas con ventaja en el marcador tras ganar de local y superó 48 de ellas.
Con Ancelotti, las semifinales están garantizadas. Las logró las tres ediciones que dirigió al equipo blanco y en dos acabó proclamándose campeón.