La variedad culinaria que existe alrededor del mundo es sorprendente, desde un restaurante con 5 estrellas michelín, hasta la que se oferta en los puestos de la esquina.
A pesar de la variedad culinaria que existe, hay platillos que han resaltado por su sabor o peculiaridad a la hora de ser cocinados, volviéndose rápidamente internacionalmente conocidos; dado es el caso de las papas fritas.
Las papa frita o patatas fritas, también conocidas como papas/patatas a la belga, o patatas a la francesa, son una comida considerar como botana, complemento o fast food, en la que, las papas se preparan cortándose en forma de bastones y friéndolas en aceite caliente hasta que el tubérculo se dore, logrando que quede crujiente por fuera y suave por dentro, para luego retirarlas del aceite y sazonarlas con sal.
Esta famosa botana ha modificado ligeramente su receta, agregando una mayor cantidad de condimentos como pimienta/limón, sal de ajo, cebolla en polvo, paprika, entre otros. Suelen servirse bañadas en cátsup, queso amarillo estilo americano, mayonesa, mostaza y salsa.
A diario, millones de personas consumen papas fritas en todo el mundo, sin embargo, un reciente estudio realizado por un equipo de investigación en Hangzhou, China, mostró que la ingesta de esta botana tiene relación con las personas que tienen un 12% más de riesgo de ansiedad y un 7% más de riesgo de depresión, en comparación con quienes no lo hacen.
El artículo fue publicado el pasado 24 de abril en la prestigiosa revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), donde, los científicos aseguran que, comer de manera frecuente alimentos fritos (en especial papas), se ve directamente relacionado con las personas diagnosticadas con ansiedad y depresión.
Para poder llevar a cabo el estudio, se evaluaron a 140 mil 728 personas durante 11,3 años. Pasados los primeros 2 años, se excluyeron los pacientes que fueron diagnosticados con depresión, hallando 8 mil 294 casos de ansiedad y 12 mil 735 casos de depresión entre quienes consumieron comida frita; resaltando que el consumo de papas, mostró un aumento del 2% en el riesgo de depresión sobre la carne blanca frita.
De acuerdo a lo reportado por los investigadores, la exposición crónica a la acrilamida, es un contaminante que se encuentra presente en el procesamiento de los alimentos fritos, induciendo a significantes alteraciones en el metabolismo de los lípidos cerebrales y neuro inflamación.
La investigación arrojó que los hombres jóvenes, son los consumidores más propensos a presentar un diagnóstico de depresión y ansiedad.
«El componente humano de este estudio puede indicar exactamente lo que pretende: que una mayor ingesta de alimentos fritos aumenta el riesgo de ansiedad/depresión». «Sin embargo, también podría tratarse de un fenómeno en la otra dirección: las personas con ansiedad/depresión recurren a ‘comida reconfortante’ cada vez más seguido para obtener algo parecido a un alivio», expresó el Dr. David Katz, especialista en medicina del estilo de vida y fundador de True Health Initiative.