El funeral de Isabel II , quien falleció el pasado 8 de septiembre en el castillo de Balmoral, en Escocia, representó un costo total de 161.7 millones de libras por parte de las arcas del estado, lo que se traduce a unos 200 millones de dólares.
El secretario John Glen, del departamento del Tesoro, dio a conocer este viernes la relación estimada de los gastos en los que incurrieron diversos ministerios, así como los ejecutivos autónomos de Escocia, Gales e Irlanda del Norte, para estar a la altura de las circunstancias.
Al ministerio del Interior, encargado entre otras labores del dispositivo de seguridad que se echó a andar en ciudades como Londres y Windsor, se le atribuye un cargo de 73.7 millones de libras, mientras que el departamento de Cultura y Deporte invirtió 57.4 millones en los preparativos de la capilla ardiente que tuvo lugar en el palacio de Westminster, durante tres días.
El gobierno escocés, liderado por la nacionalista Nicola Sturgeon asumió, por su parte, un gasto extraordinario de 18.8 millones de libras durante la estancia de la comitiva fúnebre en Edimburgo.
El coche que transportaba los restos mortales de la soberana, seguido de destacados miembros de la familia real, recorrió parte del casco histórico de la ciudad antes de llegar a la catedral de St Giles, donde decenas de miles de personas acudieron a despedir a la Reina.
Los gobiernos de Irlanda del Norte y Gales, territorios que visitó el ya rey Carlos en el marco de esa semana de duelo nacional, también contribuyeron a la factura final, abonando 2.1 y 2.2 millones de libras respectivamente.
Sin embargo, el gobierno central, como ha subrayado el secretario Glen en su intervención en la Cámara de los Comunes, tuvo que «refinanciar por completo» a los ejecutivos escocés, galés y norirlandés, para que «pudieran pagar a esos socios que también incurrieron en gastos».
El principal dirigente de la hacienda pública atribuye 2.9 millones de libras al ministerio de Defensa, responsable de la seguridad nacional y de parte de los homenajes militares, como las salvas de cañones, 2.6 millones al departamento de Transporte y 2.1 millones al ministerio de Exteriores.
John Glen recordó que el funeral de Estado, que se llevó a cabo en la abadía de Westminster el 19 de septiembre pasado, y el sepelio de la monarca en la cripta de la capilla de San Jorge, en el castillo de Windsor, fueron momentos de «gran valor simbólico para la nación».