Investigadores de Hong Kong han enviado al espacio especímenes de una bacteria edáfica a bordo de la nave de carga china Tianzhou 6, con el objetivo de desarrollar el cultivo de soja a partir de la mutación genética de nuevas cepas.
Se trata de la primera vez que Hong Kong participa en proyectos espaciales de tecnología agrícola, a través de este proyecto liderado por un equipo de investigación de la Universidad China (CUHK) dedicado a la mutagénesis espacial de la bacteria Rhizobium.
Las bacterias del género Rhizobium son famosas por su capacidad de establecer una simbiosis con determinadas plantas y, en última instancia, de fijar el nitrógeno del suelo, convirtiéndose así en materia orgánica como fertilizante natural para la cosecha de soja.
Estos ejemplares se embarcaron en la nave de carga Tianzhou 6, lanzada el pasado miércoles desde la plataforma de Wenchang, en la meridional provincia china de Hainan, como parte de una misión de reabastecimiento a la estación espacial china, la Tiangong, que recibirá este año a dos misiones tripuladas: la Shenzhou-16, que llevará a tres astronautas en las próximas semanas, y la Shenzhou-17, que transportará a otros tres en octubre.
Este viaje constituye una novedad desde que se completó la construcción de la base espacial el pasado mes de noviembre.
El equipo cuenta con el apoyo de la Agencia Espacial Tripulada China, en colaboración con el Instituto de Investigación de Recursos de Ciencia y Tecnología de China y el Grupo de Biotecnología Espacial Shenzhou.
El investigador espera que, al optimizar el uso de estas bacterias, se pueda reducir el uso de fertilizantes químicos nitrogenados, mejorando así las condiciones del terreno y favoreciendo un medio ambiente sostenible.
Asimismo, el estudio permitirá garantizar la seguridad alimentaria mundial, ya que la soja representa cerca del 70% de las proteínas vegetales del planeta y casi el 30% del aceite vegetal, señaló Lam.
En 2024, es probable que la Tiangong se convierta en la única estación espacial del mundo si la Estación Espacial Internacional, una iniciativa encabezada por Estados Unidos y a la que China tiene vetado el acceso por los lazos militares de su programa espacial, se retira ese año tal y como está previsto.
En los últimos años, el programa espacial chino ha conseguido éxitos como alunizar la sonda Chang’e 4 en la cara oculta de la Luna -primera vez que se logra- y llegar por primera vez a Marte, convirtiéndose en el tercer país -tras Estados Unidos y la extinta Unión Soviética- en amartizar.