De acuerdo a una investigación de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), en España, advierte que la mezcla de alcohol y bebidas energéticas es de cuidado, considerando que el uso de estas bebidas energéticas propiciaría a prolongar el consumo de alcohol, pasando por alto las consecuencias de la ingesta prolongada.
Más concretamente, la cafeína, compuesto presente en bebidas energéticas, produce estar alerta, contrarrestando los efectos anestésicos del alcohol.
A su vez, el consumo de estas bebidas puede traer consigo el agudizar problemas de insomnio y complicaciones con la presión arterial. Eso sin contemplar el hecho de que podría incentivar a consumir más alcohol y desencadenar conductas adictivas.