Bután ha estado minando bitcoines sin que nadie lo supiera, y ahora ha revelado sus planes de desarrollar el sector cripto.
El brazo inversor del reino, Druk Holding & Investments (DHI), y la empresa de criptomonedas Bitdeer Technologies Group, con sede en Singapur, buscan construir una planta de criptominería basada en energía hidroeléctrica, se desprende de su comunicado conjunto, publicado este miércoles y citado por Bloomberg.
La construcción de la planta, de 100 megavatios, se prevé que esté lista entre julio y septiembre de este año. Para el proyecto, DHI y Bitdeer planean encontrar inversores con el fin de que proporcionen hasta 500 millones de dólares.
De momento, Bután se centrará en la minería del bitcóin, señaló este miércoles Ujjwal Deep Dahal, director ejecutivo de DHI. «Es importante para nosotros fijarnos en activos de bajo volumen, de alto valor, o activos digitales de hecho, y tratar de posicionarnos de manera que podamos ser competitivos globalmente con el tiempo para construir nuestra economía», destacó.
Según fuentes familiarizadas con el tema, citadas por Forbes, las discusiones acerca de la minería de bitcoines tuvieron lugar en Bután desde el 2020, pero hasta los últimos tiempos las autoridades del país no revelaron sus intenciones. Entre tanto, DHI señaló a medios locales que empezó minar el bitcóin hace varios años, cuando su precio era de unos 5.000 dólares. El Ministerio de Hacienda no respondió a las preguntas de Forbes sobre el alcance de la empresa.
Además, en el 2021, Bután anunció la colaboración con la criptoplataforma Ripple para poner a prueba su propia moneda digital de banco central (CBDC, por sus siglas en inglés). Ese mismo año, aumentó considerablemente la importación de chips: ascendió a 51 millones de dólares, en comparación con 1,1 millones del 2020. En el 2022, las compras se incrementaron hasta unos 142 millones de dólares, lo que constituyó un 15% del presupuesto anual del reino. Las autoridades de Bután constataron la subida de las importaciones parcialmente debido a los chips usados «para proyectos especiales». No obstante, no precisaron su función.
«No es de extrañar que entidades minen bitcoines en Bután. El país montañoso tiene una importante capacidad hidroeléctrica, comparada con su pequeña población, y produce una cantidad similar de electricidad per cápita a la de EE.UU., un país mucho más rico», señaló Jaran Mellerud, analista de la criptobolsa Luxor. «Esta energía hidroeléctrica barata sin duda es atractiva para mineros cuyo trabajo solo es convertir electricidad subvalorada en bitcóin», añadió.
Asimismo, otra ventaja fueron las medidas que tomaron algunos países encaminadas a restringir o prohibir la criptominería. En el 2021, China prohibió las actividades con criptodivisas, mientras que Suecia y Kazajistán empezaron a restringirlas o gravarlas. La pandemia del covid-19, que socavó el sector turístico, industria crucial para Bután, también contribuyó al desarrollo de la criptominería.
No obstante, la quiebra de la criptobolsa FTX, junto con problemas logísticos de transporte y funcionamiento de plataformas mineras en el reino disminuyó el interés de los criptoinversores, afirmó Humphery Chan, miembro de la junta de la Asociación Singapur Bután, que une a empresarios singapurenses y chinos y miembros de la familia real de Bután.
Analistas también dudan que el reino sea capaz de llevar a cabo operaciones de criptominería a gran escala. Según medios locales, el año pasado Bután exportó el 75,5% de toda su electricidad a la India. Sin embargo, en el invierno sus ríos se secan, por lo cual el reino empieza a importar energía de su vecino. En estos períodos, los mineros sufren pérdidas considerables, destacó el economista neerlandés Alex de Vries. «De cerrarse durante largos períodos de tiempo, hay un riesgo de no ser capaz de recuperar sus inversiones. Falta de funcionamiento significa falta de ingresos», explicó.