El núcleo de las células no es inerte e importa sus necesidades del citoplasma, como se creía hasta ahora, sino que tiene un metabolismo propio que, mediante enzimas antioxidantes, repara el daño en el ADN, según reveló una investigación del Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona.
La investigación, que publica la revista «Molecular Systems Biology», ha descubierto que, en situación de crisis, el núcleo celular llama a las enzimas antioxidantes al rescate, según explicó la científica del CRG Sara Sdelci, directora del equipo de investigación.
Según Sdelci, el hecho de que el núcleo sea metabólicamente activo es un «profundo cambio de paradigma» con implicaciones en la investigación del cáncer ya que puede ayudar a guiar futuras líneas de investigación y ofrece nuevas pistas para superar la resistencia a los fármacos.
El trabajo, en el que también han participado investigadores del Centro de Investigación de Medicina Molecular (CeMM) de la Academia Austríaca de Ciencias y de la Universidad Médica de Viena, ha visto como, en un estado de crisis, el daño generalizado del ADN, el núcleo se protege mediante la maquinaria mitocondrial apropiada para hacer reparaciones urgentes que amenazan la integridad del genoma.
Los investigadores hicieron varios experimentos para identificar qué enzimas y procesos metabólicos son esenciales para la respuesta al daño del ADN de una célula.
Para ello, indujeron experimentalmente daño en el ADN en líneas celulares humanas utilizando un fármaco de quimioterapia común conocido como etopósido, que funciona rompiendo las fibras de ADN y bloqueando una enzima que ayuda a reparar el daño.
Así vieron que la inducción de daño en el ADN resultó en la generación de especies reactivas de oxígeno y la acumulación dentro del núcleo y observaron que las enzimas respiratorias celulares, una fuente de especies reactivas de oxígeno, se trasladaron de las mitocondrias al núcleo en respuesta al daño del ADN, es decir, comprobaron que «el núcleo es metabólicamente activo».
EFE