El Instituto de Ciencias Planetarias (PSI, por sus siglas en inglés) informó la semana pasada que captó un masivo estallido volcánico en Io, una de las lunas de Júpiter.
Los científicos lograron observarlo mediante el pequeño telescopio robótico del observatorio Io Input/Output (IoIO), situado cerca de la ciudad de Benson (Arizona).
De acuerdo con el PSI, el responsable del reciente descubrimiento fue el científico Jeff Morgenthaler, quien desde el 2017 monitorea la actividad volcánica en el satélite joviano, descubierto por el astrónomo italiano Galileo Galilei en enero de 1610.
Io es una de las cuatro lunas más grandes y más cercanas al planeta gaseoso, y es el cuerpo celeste más volcánico del sistema solar, puesto que en su superficie se encuentran cientos de volcanes. Algunos hasta expulsan columnas de azufre que llegan a alcanzar hasta cientos de kilómetros de altura.
La NASA explicó que la intensa actividad volcánica en el interior Io se debe a las poderosas fuerzas de marea provocadas tanto por la gravedad de Júpiter como por la de dos de sus grandes lunas, Europa y Ganimedes.
¿Cómo se detectó la explosión volcánica en Io?
El PSI detalló que el IoIO utiliza una técnica coronográfica que atenúa la luz proveniente del planeta más grande del sistema solar, por lo que se pueden obtener imágenes de gases tenues cerca de este cuerpo celeste. Esto permitió a Morgenthaler detectar un incremento en el brillo del sodio y azufre ionizado entre el gigante gaseoso e Io, que tuvo lugar entre julio y diciembre del año pasado.
En el caso del azufre ionizado, el centro de investigación precisó que este gas forma una estructura parecida a una rosquilla, la cual rodea Júpiter. Por esta razón, se decidió darle el nombre de ‘Toroide de plasma Io’. No obstante, el brillo del toroide de plasma no fue tan acentuado como en estallidos volcánicos previos.
«Esto podría decirnos algo sobre la composición de la actividad volcánica que produjo el estallido o podría decirnos que el toroide es más eficiente para deshacerse del material cuando se le arroja más material», subrayó Morgenthaler.
Las observaciones del IoIO podrán complementarse con los datos que obtenga la sonda espacial Juno de la NASA, que sobrevolará la luna Io en diciembre este año. Varios de los instrumentos de Juno son sensibles al plasma que hay alrededor de Júpiter e Io, así que se podrá comparar los datos con los de la actividad volcánica capturada por el telescopio robótico terrestre.
«Las mediciones de Juno pueden decirnos si este estallido volcánico tenía una composición diferente a las anteriores», aseguró Morgenthaler, quien señaló que «una de las cosas emocionantes de estas observaciones es que pueden ser reproducidas por casi cualquier universidad pequeña o astrónomo aficionado ambicioso». «Casi todas las piezas utilizadas para construir IoIO están disponibles en tiendas de cámaras o telescopios de gama alta», indicó.