La situación del presidente suspendido de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, se enturbia todavía más, en medio del escándalo por el beso no consentido que le dio en la boca a la jugadora Jenni Hermoso durante la premiación del combinado español tras su triunfo en el Mundial femenino.
El exárbitro de primera división, Xavier Estrada Fernández, presentó este miércoles una denuncia contra él y otros dirigentes de la RFEF, alegando el supuesto desvío de cerca de dos millones de euros destinados a sueldos de árbitros.
En un escrito enviado al Consejo Superior de Deportes (CSD), al que tuvo acceso la agencia Europa Press, Estrada –también concejal de Esquerra Republicana de Catalunya en la ciudad catalana de Lleida– denuncia la «incorrecta utilización de fondos privados» destinados a la retribución de la labor de los colegiados.
«El montante total de las cantidades no destinadas a la retribución del arbitraje, por parte de la RFEF, desde la temporada 2018/2019 a la temporada 2022/2023, asciende hasta los 1.921.280 euros», señala.
Estrada pide que se adopten «medidas provisionales» a fin de que se cese en sus cargos y funciones a los denunciados.
La RFEF por ahora no ha cesado a Rubiales de su cargo (aunque sí fue inhabilitado provisionalmente por la FIFA para ejercerlo) por el escándalo del beso a Hermoso. Este martes, le retiró el sueldo, el derecho a coche oficial y le pidió que devolviera todos los dispositivos electrónicos corporativos, como el teléfono móvil, el ordenador u otros.