Un nuevo terremoto, de magnitud 5,6, ha sacudido este lunes la provincia de Malatya, en el sureste de Turquía, ya afectada por los fuertes sismos del pasado día 6, causando la muerte de una persona y heridas a otras 69, informan las autoridades turcas.
El temblor, con epicentro a una decena de kilómetros al sur de la capital provincial de Malatya en el centro sur de Anatolia, tuvo lugar a las 09:05 GMT.
Al menos una persona murió por este sismo, y otras 69 han resultado heridas, dijo en televisión Yunus Sezer, presidente de la agencia de emergencias turca AFAD.
Una hora y media después del seísmo, los equipos de rescate consiguieron sacar viva a una persona atrapada bajo los escombros.
Según detalló el ministro de Educación, Mahmut Özer, los equipos de rescate salvaron en un primer momento a 5 personas de los escombros provocados por el temblor de hoy, que derribó 22 edificios y obligó a llevar al hospital a 20 personas.https://twitter.com/Datoworld/status/1630180434284797953?s=20
El alcalde del municipio de Yesilyurt, en el que se ubica el epicentro, dijo a la prensa que un padre y su hija habían sido atrapados por los escombros cuando entraban en una casa dañada por los anteriores sismos para recoger enseres.
Malatya es una de las 11 provincias afectadas por los terremotos de 7,7 y 7,6 grados de magnitud que hace tres semanas asolaron el sureste de Turquía y el norte de Siria, dejando en Turquía más de 43.000 muertos y más de 170.000 edificios completamente destruidos.
Con algo más de 4.000 inmuebles derribados o gravemente afectados, Malatya es una de las zonas afectadas de forma relativamente moderada.
Desde el día de los terremotos, casi dos millones de personas sobreviven en tiendas de campaña y casetas prefabricadas en la región, que no deja de temblar, o en diversas instituciones de acogida en todo el país.
En las últimas semanas ha habido numerosas réplicas, varias de ellas por encima de la magnitud 5, relativamente habituales en Turquía y que normalmente no suelen causar daños, pero que ahora suponen un enorme riesgo por el derrumbe de edificios ya perjudicados por los primeros sismos.