LeBron James se convirtió este martes en el máximo anotador de la historia de la NBA al superar la legendaria marca de Kareem Abdul-Jabbar.
LeBron necesitaba 36 puntos para batir el récord de 38 mil 387 puntos de Abdul-Jabbar y los consiguió en el partido que disputaron los Lakers en Los Ángeles frente a los Oklahoma City Thunder.
De 38 años y con un nivel extraordinario en su vigésima temporada en la liga, LeBron sumó así una hazaña más a una carrera excepcional que incluye cuatro títulos de la NBA (2012, 2013, 2016, 2020) y cuatro MVP de la temporada regular (2009, 2010, 2012 y 2013).
“El rey“, “el elegido“, el sucesor de Michael Jordan. La trayectoria de LeBron James ha estado repleta de profecías y de adjetivos grandilocuentes, pero tras convertirse este martes en el máximo anotador de la historia ya nadie puede dudar de que es un digno merecedor del trono de la NBA.
Continuarán las discusiones sobre si el mejor de todos los tiempos es LeBron o Michael Jordan en un debate en el que ninguno de los dos bandos dará su brazo a torcer.
Pero superar la legendaria marca de puntos totales de Kareem Abdul-Jabbar, vigente desde 1989, le garantiza a LeBron un lugar en la eternidad de la NBA.
En un deporte como el baloncesto obsesionado con las estadísticas, dos marcas históricas parecían casi inalcanzables: los 100 puntos de Wilt Chamberlain en un solo partido y el récord de 38 mil 387 puntos acumulado por Abdul-Jabbar.
Todo apunta que en el algún momento caerá el registro de Chamberlain -especialmente con la explosión ofensiva de la NBA en los últimos años-, pero para destronar a Abdul-Jabbar hacía falta no solo un día perfecto sino una carrera mayúscula y al alcance exclusivamente de los tocados por los dioses.