La temida ‘supergonorrea’, como se les llama coloquialmente a cepas de la bacteria que han generado alta resistencia a los antibióticos y que ya habían sido detectadas en otras partes del mundo, ya circula en Estados Unidos. Por primera vez las autoridades de salud han identificado dos casos de gonorrea que mostraron una susceptibilidad reducida a todos los tipos de tratamientos disponibles.
Se trata de una amenaza considerable a la salud pública: la gonorrea es la segunda enfermedad sexual más común en Estados Unidos y sus casos han aumentado considerablemente en los últimos años. En el mundo hay más de 78 millones personas infectadas.
La gonorrea es muy común y con frecuencia no hay síntomas
Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés), en 2020 los diagnósticos de gonorrea en Estados Unidos superaron los 677,000, 111% más de los registrado una década antes y de los cuales casi la mitad mostraron resistencia a al menos un tipo de antibiótico.
Muchas personas que contraen la bacteria causante de la gonorrea ( Neisseria gonorrhoeae) no presentan síntomas. Cuando los hay estos incluyen secreciones en los genitales, dolor al orinar y sangrado rectal.
Pero si no se trata a tiempo, esta ETS puede causar complicaciones graves como infertilidad, enfermedad pélvica inflamatoria y cegueras en los recién nacidos que la contraen de sus madres.
Si bien en el pasado la gonorrea era fácilmente tratable con penicilina, las opciones para combatirla se han ido reduciendo. “Estos casos son un importante recordatorio de que las cepas de gonorrea en Estados Unidos se están haciendo cada vez menos susceptibles a un arsenal limitado de antibióticos», recalca el Departamento de Salud Pública de Massachussets en un comunicado.
Ya en 2017, la Organización Mundial de la Salud alertó que la gonorrea estaba más cerca de ser una enfermedad incurable. “La bacteria que causa la gonorrea es muy astuta. Siempre que se usa un nuevo tipo de antibiótico para tratar la infección, el microbio aprende a resistir al fármaco”, explicó la directora del Departamento de Reproducción Humana de la OMS, Teodora Wi, en esa oportunidad.
Antibióticos antes efectivos contra la gonorrea han dejado de funcionar
En 2020, los CDC dejaron de recomendar el uso de azitromicina debido a las altas tasas de resistencia a ella. Ahora, el tratamiento estándar consiste en una inyección de ceftriaxona, un antibiótico considerado la última línea de defensa contra la bacteria, en una dosis más alta.
Sin embargo, estas dos nuevas cepas no responden de la misma manera. Las identificadas por el Departamento de Salud de Massachusetts mostraron una respuesta reducida a cinco clases de antibióticos, incluyendo la ceftriaxona que por suerte en altísimas dosis logró el objetivo, algo que no ocurrió con casos “completamente intratables” reportados anteriormente en Japón, Francia y España.
No pareciera haber una conexión entre ambos pacientes de Massachussets, lo que sugiere que podría haber más casos que están pasando desapercibidos.
Personas sexualmente activas deben hacerse pruebas periódicas
“El descubrimiento de esta cepa de gonorrea es un grave problema de salud pública. Instamos a todas las personas sexualmente activas a que se hagan pruebas periódicas para detectar infecciones de transmisión sexual y consideren reducir el número de sus parejas sexuales y aumentar el uso de condones cuando tienen relaciones sexuales. Se recomienda a los médicos que revisen la alerta clínica y ayuden con nuestros esfuerzos de vigilancia ampliados”, alerta la comisionada de Salud Pública, Margret Cooke.
Científicos trabajan para desarrollar vacunas y nuevos antibióticos contra la gonorrea, pero esto puede tomar tiempo y no hay garantías de que alguno llegue a funcionar.
La gonorrea no es la única ‘superbacteria’ con resistencia a los antibióticos que preocupa a las autoridades de salud. Se han reportado otras como la candida auris, carbapenem acinetobacter, carbapenem-resistant enterobacteriaceae y clostridioides difficile.
La resistencia a los fármacos responde al sobreuso de los antibióticos y otros antimicrobianos, lo que hace que las bacterias evolucionen para sobrevivir y encuentren nuevos mecanismos para vencer las medicinas.
Un reporte publicado hace un par de años por los CDC indicó que estas 5 ‘superbacterias’ son responsables de más de 35,000 fatalidades (el equivalente a una cada 15 minutos) y casi 3 millones de enfermedades cada año.