La cárcel HMP Garth, situada en el condado de Lancashire (Inglaterra, Reino Unido), se ha convertido en una especie de «aeropuerto» de drones que entregan drogas a los reclusos, informó SkyNews este martes.
Tras una inspección, un organismo de control advirtió que la institución carcelaria, donde también se alojan delincuentes graves, «se enfrenta a importantes problemas» y a un «colapso» de la seguridad. Se reveló que los presos utilizan partes de sus teteras eléctricas para hacer agujeros en sus ventanas de plexiglás, descritas por los inspectores como «inadecuadamente protegidas».
A través de estos agujeros, los internos han recibido productos de contrabando, entregados por vehículos aéreos no tripulados. «Esto es ahora un aeropuerto», afirmó uno de los prisioneros. El 63 % de los reos de esta cárcel de categoría B (de mediana seguridad) afirmaron que era fácil conseguir sustancias prohibidas.
Además, la investigación mostró que los empleados de la prisión no lograban reparar los agujeros en las ventanas más rápido de lo que aparecían. En el primer día del chequeo se encontraron 13 celdas con ventanas dañadas, cinco de ellas todavía ocupadas por presos. Otro punto débil resultó ser la supervisión y los registros, incluida la contabilización de fregonas y escobas utilizadas para recoger drogas de los drones.
«Garth tiene algunos delincuentes muy graves», expresó el inspector jefe de prisiones, Charlie Taylor. «Es imperativo que el servicio penitenciario encuentre el modo de frenar la entrada de drones para reducir el suministro de drogas en prisiones como Garth, de modo que puedan empezar a reducir la violencia y sacar a los hombres de sus celdas y dedicarles una jornada completa de trabajo y formación», agregó.
En el momento de la inspección de Garth había 816 reclusos, la mayoría de los cuales cumplían condenas largas o indeterminadas. Según el medio, el nivel de agresiones había aumentado un 45 % desde la última inspección, y muchos presos necesitaban protección debido a deudas relacionadas con las drogas.