El organismo rector del tenis australiano anunció este martes la prohibición de las banderas de Rusia y Bielorrusia en el recinto del Abierto de Australia tras las quejas de hinchas ucranianos y la protesta de la Embajada de Ucrania en Canberra por la exhibición de la insignia rusa durante un partido el día anterior.
En un comunicado, Tennis Australia explicó que su política inicial era que los aficionados pudieran llevar las enseñas, pero «no utilizarlas para causar tensión», entendiendo así «el incidente en el que se colocó una bandera junto a la pista» durante el partido entre la rusa Kamila Rajímova y la ucraniana Katerina Baindl. En este sentido, remarcó que seguirá trabajando con los jugadores y aficionados «para garantizar el mejor entorno posible para disfrutar del tenis».
Tal y como relata el diario The Age, la hinchada ucraniana llamó a la seguridad y a la Policía, afirmando que seguidores rusos abucheaban y «se burlaban» de Baindl. «Es una cancha pequeña, los chicos estaban extremadamente cerca de las jugadoras, así que había un elemento de lo que me pareció intimidación», explicó una de las presentes en el partido, que acabó ganando la ucraniana.
Por su parte, los aficionados rusos negaron haber abucheado a la deportista ucraniana y afirmaron que lo único que hacían era animar a su compatriota. «La gente puede verlo como algo odioso, pero nosotros solo éramos hinchas corrientes. No hubo burlas ni faltas de respeto», dijo uno de los implicados, tachando de error la prohibición de las banderas rusa y bielorrusa. «El deporte no tiene nada que ver con la política y la política no debería tener nada que ver con el deporte», defendió.
La exhibición de la insignia de Rusia provocó incluso una protesta diplomática. «Condeno enérgicamente la exhibición pública de la bandera rusa durante el partido de la tenista ucraniana Katerina Baindl hoy en el Abierto de Australia. Pido a Tennis Australia que aplique de forma inmediata su política de ‘bandera neutral'», escribió en Twitter el embajador ucraniano en Australia y Nueva Zelanda, Vasili Miroshnichenko.
Mientras, desde la Embajada de Rusia en Canberra calificaron la prohibición como «otro ejemplo de inaceptable politización del deporte».
«Es realmente lamentable ver cómo los organizadores del torneo ceden a una manipulación política manifiesta y bastante arrogante, sacrificando el espíritu de juego limpio que alguna vez fue inherente al Abierto de Australia», declaró la misión diplomática en un comunicado.