El secretario de la Defensa Nacional de México, Luis Crescencio Sandoval, reveló este martes que la oleada de violencia que estalló en Sinaloa el pasado 9 de septiembre ya dejó un saldo de 32 personas muertas, dos de las cuales eran militares.
«Hemos tenido 13 agresiones, nueve a personal del Ejército y cuatro a la Guardia Nacional», explicó el funcionario durante la rueda de prensa encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En esos ataques, agregó, fallecieron un oficial y un sargento, en tanto que otros nueve militares y un civil quedaron heridos.
«Tenemos 30 detenidos de las organizaciones delictivas y se han registrado también 30 civiles muertos, de estos 22 son en la ciudad de Culiacán», precisó.
También explicó que, después de los refuerzos que se enviaron durante el fin de semana, actualmente están operando en Sinaloa 2.200 elementos entre fuerzas especiales, paracaidistas y personal del Ejército, la Secretaría de Marina y la Guardia Nacional.
Gracias a los operativos realizados, agregó, se decomisaron 115 armas de fuego, 14 armas cortas, cargadores cartuchos, granadas, chalecos balísticos, equipo de radiocomunicación, 14 vehiculos blindados, una patrulla clonada, 59 vehículos, cocaína, goma de opio, metanfetaminas y marihuana.
Sandoval explicó que el Gobierno tomó previsiones de seguridad en Sinaloa a partir del 25 de julio, el día en el que Ismael ‘El Mayo’ Zambada, uno de los líderes del Cártel de Sinaloa, fue detenido en EE.UU.
Desde ese momento, reconoció, se temieron enfrentamientos entre ‘Los Mayos’, como se conoce a los criminales que forman parte del grupo de Zambada, y ‘Los Chapitos’, que son los hijos de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, el capo que cumple una condena a cadena perpetua en una cárcel estadounidense.
«Se realizaron una serie de actividades principalmente de inteligencia y de refuerzo en el área en lo que fue Culiacán y en el sur del estado», señaló al detallar los monitoreos que duraron cinco semanas.